Nos encontramos en la Capilla del Ecce Homo, la cual está enmarcada en labor de yesería por rectángulos a modo de dintel y jambas, donde, en un perfecto barroco, se corona con dos ángeles que fueron decapitados durante la Guerra Civil Española. Bajo el lema de una inscripción en letra gótica, "Pater, in manus tuas commendo Spiritum meum", una de las siete palabras que pronunció Jesús en la cruz en forma de oración al Padre (Lucas 23:46), y que hacía alusión a un crucificado: el Cristo de San Agustín, que antaño preside
Estamos ante una de las capillas principales, ya que sustenta la imagen de Cristo, titular de la hermandad que corresponde a la advocación del Soberano Poder. Esta obra, fechada en el año 2009, vino a recuperar la antigua advocación del Santo Cristo del Ecce Homo o del Pretorio (Jesús asomado a la ventana), destruida en la Guerra Civil Española. Dicho Cristo realizó pública Estación de Penitencia la mañana del Viernes Santo, datado de finales del siglo XVI, y perteneciente a la Hermandad del Santísimo Sacramento de la Parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad de Guadix. El estilo de la escultura del Soberano Poder que estamos contemplando es barroco, realizado en madera de cedro de gran factura por el catedrático en la especialidad de escultura por la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, Don Juan Manuel Miñarro López. La imagen representa, mediante esta iconografía, el momento de la presentación al pueblo en el evangelio de Juan 19:5: "Y salió Jesús llevando la corona de espinas y el manto púrpura, y Pilato le dijo: 'Ecce Homo'", que puede traducirse como "He aquí el hombre".
Lo grandioso de esta obra es que, según las pruebas científicas de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo, estamos ante la imagen fiel del rostro de Jesús, tanto en la métrica de sus formas —un hombre de un metro ochenta centímetros — como en su fisionomía visiblemente corpulenta. Las heridas producidas en la flagelación mediante un arma llamada flagrum taxillatum o "garras del diablo" (unas bolas de hierro en el extremo que desgarraban hasta 120 veces la piel del reo durante más de media hora) están aplicadas de manera rigurosa en la escultura, en las mismas zonas, como si fuera un mapeado basado en los análisis forenses de la Sábana Santa de Tur
La escultura, de gran dramatismo, se muestra con gran realismo gracias a distintos recursos técnicos, como la boca entreabierta, los dientes visibles en marfil, ojos de cristal semicerrados y enrojecidos, traumatismos y heridas en relieve. Todo esto hace que Jesús del Soberano Poder Ecce Homo sea una imagen poderosa que nos estremece y nos llama al reconocimiento ya la oración: “La misma sangre hará expiación de la persona” (Hebreos 9:22). Esta advocación tiene su festividad litúrgica en Cristo Rey, cuando en el pretorio se produce una de las manifestaciones del poder de Dios en la tierra: “Entonces Pilato le dijo: '¿Luego tú eres Rey?'. Respondió Jesús: 'Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz'” (Juan 18
La imagen del Soberano Poder realiza estación de penitencia en la "Prima Sede Hispania", la Santa Apostólica Real Iglesia Catedral de Guadix, cada Jueves Santo, día del amor fraterno, bajo un admirable paso neobarroco tallado en madera de cedro real. Este paso, estructurado en dos partes (canasto y respiradero), posee una riquísima decoración vegetal, con espinas y racimos de uvas aludiendo al día eucarístico, en contraste con granadas y palmas que apuntan a la resurrección. En sus esquinas, cuatro ángeles lampadarios, que aluden a los del maestro Ruiz del Peral de la Catedral Accitana, portan los flagelos, la columna, la Santa Faz y el título de la Cruz INRI. Todo ello en un valiente juego de claroscuros, donde se pueden ver los escudos de Guadix, Santiago y San Agustín, iglesias vinculadas a la historia de la hermandad. Entre querubines, se centran ocho valientes carteles que escenifican los siete signos del poder de Jesús, que enmarcan cuatro soberbias capillas con las imágenes de San Juan Bautista, Santa María, Santa María Magdalena, San Pedro y San Pablo, todo ello ejecutado en los talleres. sevillanos de ibáñez
El paso es llevado por 45 costaleros, que portan la escena del misterio, representada rigurosamente de modo histórico. Jesús es presentado al pueblo por el gobernador de Judea, Poncio Pilato, y la cuaternión encargada de ejecutar la condena, encabezada por el centurión Longinos, con dos romanos flagelantes y un mercenario, representado con la perilla característica de los asirios, enemigos del pueblo de Israel, que con mirada oscura se burla de Jesús. “Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio y se reunieron en torno a él toda la corte. Le desnudaron, le pusieron una túnica roja y, trenzando una corona de espinas, se la colocaron en la cabeza. En su mano derecha, una caña. Se arrodillaban ante él y se burlaban diciendo: 'Salve, Rey de los Judíos'. Le escupían, le quitaron la caña y le golpeaban en la cabeza. Después de reírse de él, le despojaron de la túnica, le pusieron sus vestidos y le llevaron a crucificar" (Mateo 27 31).